viernes, 27 de febrero de 2015

Educación Intercultural en las aulas de Educación Parvularia (Infantil) en Chile.

Introducción

En  la actualidad, nos encontramos con alumnas y alumnos procedentes de otro país o grupo social distinto a la del resto de alumnos. Ello provoca que los valores culturales sean diferentes al medio escolar, generando situaciones de desigualdad, marginación, desfavorabilidad, e incluso de rechazo.
La educación es sin duda el pilar básico de la convivencia. Si los docentes promovemos en la infancia los valores de respeto hacia los demás, justicia, libertad, tolerancia, cooperación y aceptación crítica de las normas democráticamente establecidas, conseguiremos crear una vía para llegar a convivir en paz.

Educación Intercultural

En Chile, han crecido las situaciones de contacto y unión de diferentes culturas. Por ello, surgen las principales causas de la preocupación por los principios de la Educación Intercultural en los centros educativos. Su importancia ha generado cada vez más su interés por trabajarlos desde muy temprano en los niños y niñas de Educación Infantil, para que estos crezcan y se desarrollen en la normalidad. La llegada de nuevos alumnos de diferentes culturas, con distintas lenguas y costumbres, hace que el docente deba plantearse nuevas actitudes y estrategias metodológicas ante sus alumnos para evitar que haya posibles situaciones de discriminación o desventajas educativas.
Por otro lado, los docentes debemos contar con la participación de todos los miembros de la comunidad educativa en el proceso de enseñanza y aprendizaje y con la necesidad de interrelación entre centro-entorno. La educación actual exige una preparación suficiente para que el alumno forme parte y se integre en una sociedad variada y plural.
Por esto, que hemos visto anteriormente, la demanda del profesorado sobre formación en temas de educación intercultural es cada vez más frecuente, ante la presencia en las aulas de alumnos procedentes de culturas diferentes. Los sistemas educativos vigentes deben dar una respuesta adecuada a estas peticiones y las disposiciones legales sobre temática de formación en Educación Intercultural, aunque en aumento, son todavía muy escasas.
La mayoría de los profesionales en educación en valores, consideran que esta etapa educativa es la mejor para la incorporación de actividades relacionadas con las actitudes y valores promulgadas por la Educación Intercultural, puesto que, muchos estudios demuestran que los niños/as cuando se escolarizan, ya se incorporan a la escuela con ciertas experiencias de socialización y una determinada identidad cultural y a los cinco, pueden presentar actitudes de rechazo hacia miembros de otros grupos (Aguado, 1995 y Jordán, 1997).

Estrategias para fomentar valores positivos en el aula 

La actitud positiva del docente, es fundamental para llevar a cabo actividades enriquecedoras y que fomenten valores positivos en el alumnado. En la etapa que nos ocupa, como bien sabemos, el docente actúa como principal modelo, por lo que se deberá de actuar cuidadosamente. El/la docente, para llevar a cabo las actividades deberá de crear un ambiente acogedor y estimulante que haga que el estudiantado se encuentre cómodo, seguro y receptivo.
Para fomentar valores positivos a nuestros discentes debemos tener en cuenta tres perspectivas:

-       El centro
-       El aula
-       Docente

a) En lo referente al Centro, es conveniente colaborar de forma coordinada con todos los miembros de la comunidad educativa y concienciar de la necesidad y participación de las mismas. También resulta imprescindible que los padres y madres de los alumnas y alumnos participen en las mismas para así hacerles reflexionar de la necesidad de establecer una adecuada coordinación familia–escuela para fomentar la educación en valores.

b) Respecto al Aula, se deberá realizar actividades desde tres ámbitos:

- Introducir contenidos interculturales y para la paz a través de los distintos centros de interés.
- Actividades para las relaciones grupales: saber escuchar, dialogar y comunicarse con los demás, dinámicas de autoestimas, etc.
- Uso de estrategias sociomorales y socioafectivas.

c) Por último, en lo referente al o a la Docente, deberá estar cualificado para llevar a cabo los objetivos propuestos para la Educación Intercultural, pero no solo él o ella debe formarse para realizar esta tarea, sino que todos los miembros son piezas claves para llevar a cabo una adecuada atención a la diversidad cultural que hoy está presente en nuestras aulas.
A continuación destaco algunas competencias cognitivas, afectivas y de comportamiento en las que debe basarse una intervención educativa dirigida a desarrollar una eficaz competencia intercultural en niños y niñas de estas edades:

- Conocimiento y confianza en uno mismo.
- Conocimiento de la propia identidad cultural.
- Conocimiento de similitudes y diferencias entre la propia cultura y la de los compañeros/as.
- Minimizar prejuicios.
- Respeto ante las diferencias culturales.
- Interés por conocer y aprender otras realidades culturales.

Efectos en los procesos de aprendizaje de los niños y niñas

Numerosos estudios e investigaciones demuestran que las alumnas y alumnos que provienen de familias o grupos sociales más desfavorecidos, tienen diferentes consecuencias según la edad en la que se produzca, la intensidad, la duración y las características personales. Entre las consecuencias que influyen en el éxito escolar destaco las siguientes:

- Disminución de la motivación y del nivel de aspiraciones debido a un sentimiento de incapacidad.
- Déficit lingüístico.
- Asimilación de modelos defectuosos.
- Inseguridad y baja autoestima.

Ahí podemos ver algunas de las muchas manifestaciones que suelen darse en situaciones con alumnos y alumnas de educación infantil; vemos pues, la importancia del docente en esta tarea de ayudar e integrarlos a estos alumnos de tal forma que se eviten estas apariciones y puedan sentirse como uno más del grupo, igual que el resto.

Mejora de la práctica educativa

En la actualidad, nos encontramos cada vez más con situaciones de multiculturalidad en los centros educativos. Todo esto nos provoca a los docentes la necesidad de reflexionar acerca de lo que tenemos y hacer un estudio para mejorar nuestro centro. Para ello, nos planteamos una serie de objetivos:

1.- Evaluación del centro, recogiendo información que nos facilite la toma de decisiones y la reflexión de aspectos relacionados sobre la marcha y funcionamiento de nuestro centro.
2.-Establecer, a partir del análisis realizado, los planes y estrategias que nos garantice la mejora de la educación.

Dentro de nuestro contexto escolar en Chile los centros deben luchar y trabajar para que se conviertan en espacios multiculturales que reconozcan y comprendan la diversidad cultural, evitando que inmigrantes y minorías étnicas se sienta excluidos o discriminados con manifestaciones racistas y xenófobas.
En nuestra sociedad nos encontramos con alumnos y alumnas procedentes de diferentes países. Esta riqueza cultural conduce al desarrollo progresivo de la educación intercultural, siendo internet un recurso que puede ser de gran ayuda.

A continuación, a modo de ejemplo, detallo algunas ideas para llevar a cabo, con un grupo homogéneo de alumnos, actividades interculturales que ayuden a la mejora del proceso educativo en las aulas de Educación Parvularia:

A través de diferentes herramientas podemos acercar al estudiantado a la realización de actividades lúdicas y educativas con programas que fomenten y trabajen el vocabulario en castellano. Podemos, también, utilizar el internet para sacar información sobre los lugares a los que pertenecen nuestros alumnos inmigrantes, la vestimenta, la gastronomía, etc. Tambien se pueden llevar a cabo actividades de intercambio de papeles, es decir, que el niño juegue a juegos que suelen llevar a cabo las niñas y estas, jueguen a juegos que suelen practicar los niños. Así como realizar actividades o juegos típicos del lugar de procedencia de los niños inmigrantes y que ellos, jueguen y practiquen los juegos típicos que realizan los niños/as de este país. Con esto, se pretende que ambos conozcan y aprendan de la otra cultura para que comiencen a respetarla y a mostrar interés por ella. Además de disponer de los cuentos clásicos en castellano, aportando cuentos tradicionales procedentes de la cultura de los alumnos inmigrantes en colaboración con los padres y madres. De esta forma, conseguimos que el resto de alumnos conozcan cuentos nuevos y que los alumnos que se encuentran en desventaja social, se sientan más cómodos e integrados en clase. Y por último, en la decoración de nuestra aula, resulta interesante dedicar un espacio de la misma para imágenes o murales en los que se representen las diferentes culturas y/o países de procedencia de cada uno de nuestros alumnos y alumnas, para hacer y conseguir que el ambiente sea de igualdad, tolerancia y respeto por cada una de ellas.

Inovaciones educativas experienciales en Educación Infantil

Como hemos podido ver anteriormente, la diversidad cultural está muy presente hoy en día en nuestras aulas y resulta imprescindible llevar a cabo una adecuada intervención que nos asegure la consecución de los objetivos propuestos sobre la educación intercultural. Para ello, es fundamental la planificación de actividades estimulantes y divertidas, que enseñen los valores positivos a nuestros discentes. Por ello a continuación, y a modo de ejemplo, expongo una serie de actividades realizadas con un grupo de alumnos de Educación Parvularia, más concretamente, a alumnos de 5 años:
- Cuentos: a través de los cuentos fomentamos los valores (respeto, igualdad, compañerismo, tolerancia…)  desde diferentes perspectivas. Por ejemplo: “Cada uno es especial”, “Los cuatro amigos”, entre otros.
- Carnaval: trabajando las diferencias personales entre los miembros del grupo, en cuanto a gustos, vestuario, preferencias, etc. Cada niño y niña elige el disfraz que prefiera y se elaboran las caretas, complementos…
- Canciones musicales: a través de nanas procedentes de diferentes culturas, por ejemplo, “Thulu-thu” (Sudáfrica), “Ala-Munama” (nana amazigh), etc.
- Fiestas Navideñas: consiste en celebrar la Navidad a través de las distintas fiestas culturales procedentes de los niños/as de nuestra clase. Por ejemplo, en el caso de un alumno de origen marroquí, celebramos la “Fiesta del Borrego” conociendo sus costumbres, su vestimenta, sus platos típicos…etc.
- Día de la Paz: celebramos el día de la Paz a través de varias actividades: escribiendo “paz” en diferentes idiomas; pintando, con las manos de los niños y niñas de pintura blanca, nuestra paloma del mural…
- Gastronomía y vestimenta. En la que cada niño y niña trae un plato típico de su cultura y vestidos con su traje típico. Luego, de forma individual, explican lo que sus padres y madres les ha contado, las tradiciones que se hacen en casa, etc.
- ¿Me miro al espejo y qué veo? Esta actividad se puede realizar en parejas del mismo sexo o del sexo contrario. Consiste en que los niños/as se miren frente al espejo y que aprendan a ver las diferencias físicas que existen entre ellos, pero que a la vez observen y comprendan que son muy parecidos y que las diferencias no deben ser motivo de discriminación, superioridad o rechazo, sino como algo normal.
- Juegos y bailes tradicionales. Realizando juegos tradicionales de los países de procedencia de los alumnos/as, como por ejemplo: “el corro de la patata”, “el patio de mi casa”, etc. Así como interpretar bailes típicos de cada país.
- Rutina de acogida. Acogiendo, de manera individualizada a cada alumno, con abrazos y besos, mostrando actitudes de cariño, aceptación, simpatía, etc. De esta manera conseguimos que cada alumno/a se sienta aceptado e integrado al igual que el resto, en un ambiente acogedor, estimulador y tolerante.

Conclusiones

El mundo del futuro será cada vez más una mezcla de culturas, religiones, pueblos y lenguas diversas dentro de un mismo espacio físico. Debemos aprender a convivir en la diferencia, respetando las otras formas de vida y aprender mutuamente de ellas. Ese es el desafío del futuro, particularmente educativo.
Nosotros como docentes, debemos conseguir que la educación sea una tarea compartida por familiares, docentes y todo el equipo educativo para trabajar en consonancia y crear un ambiente acogedor para esos alumnos que se encuentren en desventaja social. Nuestros discentes deben conocer, valorar y respetar las otras culturas de la sociedad a la que pertenece, valorando las desemejanzas como un enriquecimiento.
Desde mi opinión personal, la educación en valores es muy importante. Solo así conseguiremos ayudar a nuestros alumnos a que se integren en nuestra sociedad, facilitarles la convivencia y fomentar las relaciones con los otros. Todo ello debemos trabajarlo de manera transversal en cada momento de la cotidianidad del aula y no de manera aislada.


Rodrigo
                                            Profesor de Historia y Ciencias Sociales
 Licenciado en Educación


Bibliografía


- Jordán, J. A. (1994). La  escuela multicultural. Un reto para el profesorado. Barcelona: Paidós.

- Martínez Mendoza, F. (2005).  Teoría y práctica de la Educación  Multicultural en la Infancia. Valladolid: Editorial de la Infancia. España.

- Medina, A. (2003). La Escuela Infantil: Cuna de la Interculturalidad. En Barreales, M.; Madrid, D.; Prada, Mª.C. y  Prado, R.C. (Coord.). Ética, Estética y Estrategias Didácticas en Educación Infantil. Tomo I (1ª parte), (pp. 139-150). Málaga: Grupo de Investigación “Educación Infantil y Formación de Educadores” Universidades de Andalucía.  España

- Observatorio de la Infancia en Andalucía (2006). Educación Infantil e Interculturalidad. Granada: Junta de Andalucía. Consejería para la Igualdad y Bienestar Social. España.

lunes, 20 de mayo de 2013

Tarea para la casa: la verdad de las horas no lectivas

El Estatuto Docente destina un 25% del horario de un profesor para todas aquellas tareas que éste debe realizar antes y después de su hora de clases. Pero, ¿sabe usted cuáles son todas aquellas labores que el profesor necesita desarrollar para cumplir a cabalidad con su misión? Lo más probable es que las desconozca. Lo grave es que al parecer las autoridades también, porque el proyecto de Carrera Docente duerme en el Congreso. Aquí, la profesora Carolina Herrera desmenuza lo que debe hacer un profesor en ese tiempo y afirma: “Preparar clases es tan fundamental como hacerlas, y si no desarrollamos este ejercicio de manera consciente, focalizada y sobre todo de forma profesional, se hace cuesta arriba mejorar el quehacer docente y por tanto, la calidad de nuestra educación”.

http://ciperchile.cl/2013/05/14/tarea-para-la-casa-la-verdad-de-las-horas-no-lectivas/

Un profesor dispone, de acuerdo al Estatuto Docente, de un 25% de su tiempo de contrato para realizar tareas no lectivas; es decir, todo aquello que se realiza previo o posterior a una clase. Nombremos algunas de ellas: preparar planificaciones, es decir, pensar qué habilidades necesitamos desarrollar por medio de un contenido y cuál es la mejor manera de hacerlo considerando edad, diversidad y necesidades del curso; preparar material innovador y ad hoc con las nuevas tecnologías para dichas clases; diseñar evaluaciones acorde a los objetivos de aprendizaje, luego revisarlas analizando los resultados para preparar posibles remediales (idealmente ítem por ítem) y tomar decisiones que permitan que aquellos contenidos que no han sido aprendidos puedan volverse significativos para todo el grupo -40 personas-; completar el libro de clases: pasar asistencia, completar leccionario, poner notas y sacar promedios (¡ojo! sin equivocarse, porque el corrector está prohibido); preparar entrevistas  y reuniones con apoderados; eventualmente cuidar patio durante recreos y en la hora de almuerzo; entre otros.

Si consideramos un profesor con un contrato de 30 horas, eso significa que tiene 6 horas de trabajo diario, donde 4,5 son lectivas y 1,5 no lectivas. Es decir, 90 minutos diarios para realizar algunas o todas las actividades mencionadas. Suena a poco tiempo, pero bien organizado podría ser muy productivo, ¿no?.

Veamos ahora cómo se distribuyen esos 90 minutos no lectivos cada día: 2 recreos de 15 minutos cada uno, en los que se toma un café a la rápida, o se cuida patio, o se pasa a buscar el material para la próxima clase. Sumemos un almuerzo de 45 minutos: 75 minutos en total. ¡Un momento! Eso nos deja con apenas 15 minutos diarios para enfocarse a conciencia y responsablemente en el trabajo no lectivo. Debe haber un error. Hagamos el cálculo nuevamente: 2 recreos de 15 minutos = 30 minutos; un almuerzo de 45 minutos, 30 + 45 = 75 minutos. 1 hora y 15. No. El cálculo no falló.

Lo que sí ha estado fallando es la conciencia que existe tanto a nivel institucional como a nivel de política pública respecto a estos temas; respecto a lo que significa la labor docente y, sobre todo, lo que ocurre realmente al interior de los establecimientos. Sí, la ley se cumple. Contamos con un 25% de tiempo en que no estamos haciendo clases. Sin embargo, el problema que muchos no han podido –o no han querido- ver es cómo este tiempo se distribuye y cómo se respeta. El proyecto de Carrera Docente que hoy duerme en el Congreso contempla un aumento de horas no lectivas  de un 25% a un 30%. Si bien el aumento no es sustancial, podría ser una ayuda, siempre y cuando se permita a los profesores hacer un uso eficiente de él.

Me pregunto si nuestras autoridades son capaces de preparar su trabajo en apenas 15 minutos, o de dirigir una reunión importante al mismo tiempo que calculan un presupuesto y a su vez almuerzan. Si es así, me preocupa la calidad de sus decisiones tanto como me preocupa la calidad de la educación que estamos entregando a nuestros alumnos en ocasiones en que llegamos a realizar tres o cuatro actividades en forma paralela. Esa es la realidad de la gran mayoría de los docentes en nuestro país, entre los cuales existen miles que, a pesar de todo, logran hacer buenas clases sacrificando su tiempo personal.

Preparar clases es tan fundamental como hacerlas, y si no desarrollamos este ejercicio de manera consciente, focalizada y sobre todo de forma profesional, se hace cuesta arriba mejorar el quehacer docente y por tanto, la calidad de nuestra educación. No basta con sólo aumentar en un cinco por ciento el tiempo en que los profesores toman decisiones sobre su trabajo. Necesitamos un cambio desde los cimientos del sistema hasta la forma en cómo valoramos el trabajo que realiza un profesor. Cada docente debería tener claramente determinado dentro de sus horas de trabajo un tiempo prudente y establecido para su trabajo no lectivo, y que éste sea respetado tanto por los directivos del establecimiento como por toda la sociedad.

Honorables parlamentarios, somos muchos los profesores que queremos hacer las cosas bien. Por ello los invito a pensar en una política pública que promueva el quehacer docente de manera profesional, responsable y exigente, y que no sigamos en esta rueda que finalmente sólo promueve la mediocridad dentro de nuestro sistema educativo.

miércoles, 10 de abril de 2013

La deserción escolar en América Latina ya no es solo cuestión de pobreza

Un estudio de SITEAL vincula el abandono educativo de los adolescentes de la región a la incompatibilidad con el trabajo y familia y con el puro aburrimiento. 

Madrid 7 ABR 2013 - 19:06 CET75 (Períodico el País)

Los países de América Latina han logrado con gran esfuerzo en la última década aumentar las plazas escolares y conseguir que más niños de sectores pobres accedan a la educación. Más del 97% de todos los niños de 7 a 12 años de la región van al colegio (dos puntos más que en 2000), y más del 83% de los adolescentes de 13 a 17 (seis puntos más). Sin embargo, un estudio que acaba de publicar el Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina (SITEAL), organismo vinculado a la OEI y la UNESCO, pone de manifiesto otras causas del abandono escolar que van surgiendo —o haciéndose más visibles— a medida que se va extendiendo la escolarización a todas las capas de la sociedad.

“En términos generales, siete de cada diez niños y adolescentes no escolarizados provienen de los hogares más expuestos a privaciones económicas. No obstante, se observa que entre los adolescentes que no concurren a la escuela, se ha incrementado la proporción que proviene de sectores socioeconómicos medios y altos, a la vez que el peso relativo de estos sectores aumenta con la edad”, dice el estudio. De ese modo, si bien en las edades más tempranas el principal motivo de deserción es simple y puramente la pobreza, a medida que llega la adolescencia aparecen factores como “el desinterés por estudiar”, la imposibilidad de compaginar estudios y trabajo o las cargas familiares, según el trabajo que analiza datos de la última década de Bolivia, Chile, Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Paraguay. 

El desinterés previo facilita la decisión cuando aparecen otros obstáculos
“La proporción de adolescentes [14-15 años] a los que su condición de desescolarizados se la relaciona con el trabajo duplica su peso relativo hasta alcanzar el 18%, mientras que la maternidad, la paternidad y las tareas domésticas, que en la niñez no aparecían, son mencionadas por el 6% de los encuestados. Al finalizar la adolescencia, se intensifica la relación entre las tareas relacionadas con la domesticidad y la deserción hasta alcanzar el 10% de los casos, a la par que el trabajo pasa a ser mencionado por el 20% como el principal motivo de abandono escolar”. Y, junto a ello, siempre a esas edades aparece como principal motivo de abandono el desinterés por los estudios.

El especialista chileno de la Universidad de Alberto Hurtado Juan Eduardo García Huidobro insiste en esa “razón más pedestre que podríamos motejar de aburrimiento”. La lectura del informe de SITEAL —“que describe bien, con datos actuales, un tema que se viene observando desde hace tiempo”— le sugiere a este experto que existe “un problema de estructura”: “La educación media en América Latina es muy rígida, no ofrece una pluralidad de alternativas que permitan compatibilizarla con otras opciones. Una política mínima sería darle más calidad y desestigmatizar las opciones vespertinas, en alternancia [con el trabajo], etcétera”.

“Hay que conectar aprendizaje y vida cotidiana”, asegura un especialista

Pero el informe de SITEAL destaca además que para muchos adolescentes la escuela le “es ajena”, un punto de partida emocional que facilita la deserción si surgen esas otras dificultades como el empleo o la familia. Muchos adolescentes “trabajan a la par que estudian e incluso son madres y padres durante el transcurso de su escolarización básica y, aun así, continúan estudiando. Pero hay otro grupo que señala que el trabajo, las tareas domésticas, el cuidado de ancianos o niños pequeños y la maternidad son actividades propias —en alguna medida, inevitables— mientras que el estudio no lo es”. Y no todos los que hablan así son pobres: el 38% de los adolescentes que dicen haber dejado los estudios para trabajar, el 29% de los que lo han hecho para atender tareas domésticas y el 31% de los que han perdido todo interés “vive en hogares que en principio no son los más pobres de sus países”.

Así, continúa el informe, en muchas ocasiones “la maternidad y el trabajo son hitos en trayectorias escolares previamente debilitadas” y esos “eventos aceleran una decisión”, la de abandonar, que tanto los profesores, como familias y los propios jóvenes suponían desde el principio inevitable. En otras ocasiones, los adolescentes “declaran abiertamente y con cierto desprecio que la escuela no forma parte de sus opciones de vida”.

Desde esa perspectiva, García Huidobro considera que el problema más urgente que debe solucionar la escuela en la región es “la desconexión de la enseñanza con la vida de los jóvenes y adolescentes”. “La educación se ofrece como un bien futuro y no conecta con el hoy de ellos. Este es un problema pedagógico y curricular que supone sobre todo cambios en el modo de enseñar y de conectar aprendizaje y vida cotidiana. Implica revertir el significado que se le da al fracaso escolar: de verlo como un fracaso de los jóvenes a leerlo como un fracaso de la escuela y de nosotros, los educadores”, añade el especialista.


Referencia:

Periódico El País. España. Recuperado 08 de abril 2013. Disponible en http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/04/07/actualidad/1365354378_499006.html

sábado, 30 de marzo de 2013

La Evaluación de Proyectos Educativos Interculturales

Esta entrada al blog tiene la finalidad de exponer las principales argumentos del articulo que escogí para la profesora, el texto elegido fue porque esta relacionado con mi proyecto de investigación de Trabajo de Fin de Máster, por ello fue elegí. Miguel Santos Guerra denominado “Viento favorable: Evaluación de proyectos educativos interculturales”. 

En este texto se nos plantea que el elaborar, planificar y desarrollar proyectos no es identificable con la consecución automática de los logros deseados, porque aunque se hagan muchas reformas, emprendidas para favorecer a los más desfavorecidos, el sistema las acaba convirtiendo en reformas que favorecen a los más favorecidos. 

Esto sucede cuando no existen metas o cuando las metas propuestas se han modificado inopinadamente, por esto siempre es conveniente saber cuales son las metas deseadas y cuál es el viento favorable que puede impulsar las velas en la dirección deseada. 

El texto esta dividido en dos parte, en la primera se exponen algunas razones que ponen de manifiesto la necesidad de hacer la evaluación de programas educativos, y en la segunda plantea algunos principios que a su juicio deben guiar la evaluación:

1.- Razones de la necesidad de la evaluación de programas
Cualquiera de las razones propuestas, sean separadas o no, justifican la necesidad de la evaluación y juntas potencian el proceso, estas son:

A.- Prevenir las posibles desviaciones del programa: Existen mecanismos ocultos a veces o quizás patentes, que tergiversan el planteamiento inicial. Las desviaciones las pueden generar quienes llevan a la práctica el proyecto, los destinatarios del mismo o de las malas condiciones que existen para llevarlo a buen puerto. 
B.- Dar respuesta a la exigencia lógica de saber si lo que se ha propuesto está siendo conseguido: Nos dice que no tiene mucho sentido proponerse llegar a una meta si nunca se plantea comprobar si se ha conseguido alcanzarla. Por ello sólo si se hace una evaluación se puede saber qué es lo que se ha logrado. 
C.- Es necesario utilizar de forma responsable los fondos que se destinan a realizar programas educativo: Se debe usar responsablemente el dinero. La evaluación permite conocer qué está pasando con el dinero invertido en un programa educativo de interculturalidad. 
D.- Conocer los mecanismos de desarrollo del programa y los logros que se van consiguiendo: Es necesario conocer los procesos con los que se persiguen los objetivos y el grado de consecución de éstos. Pero no es suficiente conseguir los logros, sino que se debe preguntar por ello, analizando los efectos secundarios. 
E.- Mejorar las prácticas profesionales a través de decisiones provenientes de la comprensión que genera la evaluación: Acá la evaluación es una forma de mejorar lo que se está haciendo, para dar paso toma decisiones eficaces. Es positivo aprender de los errores y potenciar los aciertos, pero para ello es necesario un exigente proceso evaluador. 
F.- Controles democráticos, ascendentes y descendentes para evitar arbitrariedad, inoperancia y despilfarro: La evaluación puede ser descendente, es decir, surgir la iniciativa en la cúspide o ascendente, con origen en los destinatarios y en la comunidad social. 
G.- Poner la lupa de la evaluación no sólo en las responsabilidades individuales sino en los compromisos de carácter colegiado: Un programa no solo depende de una persona, sino que de varios agentes, por ello, puede fallar por cualquiera de los agentes, por eso es necesario que se deba tener en cuenta la actuación de las personas y debe ser un programa planificado, compartido, coordinado, cooperativo y de aprendizaje colectivo. 
H.- Aprender de aciertos y de errores para orientar la planificación y el desarrollo de futuros programas: El aprender de lo sucedido en el desarrollo de un programa permite aprender para plantear uno nuevo. Por esto que se debe evaluar para conocer cuáles son las deficiencias y los aciertos para mejorar el funcionamiento del mismo. 
I.- Los programas sostenidos con fondos públicos deben producir información a la ciudadanía: La ciudadanía debe conocer lo que sucede con los programas, por eso, se deben difundir los informes al público en general.

2.- Criterios para realizar la evaluación de programas
Acá se plantea que la evaluación condiciona la forma de entender y de realizar los procesos que van a ser evaluados, por eso es muy importante que sea clara, honesta e inteligentemente fijadas las finalidades y los criterios de la evaluación, por ello el autor plantea algunos criterios que hay que tener en cuenta para realizar la evaluación de proyectos educativos, que serían:
A.- Lenguaje sobre la evaluación nos sirve para entendernos y también para confundirnos: Aquí se diferencia los conceptos de evaluación y calificación. Evaluar no es igual que calificar, Medir no es igual que Evaluar, por ello no hay que confundir ni utilizarlas del mismo modo. Uno puede ser de cuantificación (aplicando criterios mecanizados, etc.) y otro se refiere a mayor participación del evaluado en la toma de decisiones sobre la evaluación. 
B.- La Evaluación es un fenómeno moral, no meramente técnico: No solo es un técnico sino que también un fenómeno moral. No es un fenómeno aséptico, que se realiza sin preguntarse por los valores, por el respeto a las personas, por el sentido de la justicia. En la evaluación hay poder (que debe ponerse al servicio de las personas) y debe haber ética. Como el proceso de evaluación se desarrolla en un contexto amplio, hay que respetar las reglas del juego para que no sean perjudicados precisamente los que se atienen a ellas de forma fiel y coherente. 
C.- Tiene un componente corroborador y otro atributivo: El autor nos dice que la a evaluación trata de comprobar el aprendizaje realizado y que suele explicar por qué no se ha producido (no ha sido trabajador, no es inteligente, no tiene base, no presta atención, no está motivado, etc.). Se atribuye la causa a diferentes factores (componente explicativo), a veces de manera poco exigente. 
D.- Para que tenga rigor ha de utilizar instrumentos diversos: Para que exista rigor en la evaluación se requiere la utilización de métodos diversos (observación, entrevista, distintos evaluadores), ya que al contrastarlo favorece el rigor. 
E.- Es un catalizador de todo el proceso de enseñanza y aprendizaje: La evaluación condiciona el proceso de aprendizaje, porque el evaluado trata de acomodarse a los criterios de evaluación, por esto es que es importante concebir, diseñar y realizar una evaluación justa y enriquecedora. 
F.- El contenido de la evaluación ha de ser complejo y globalizador: Importa mucho ver qué cambios ha propiciado en las actitudes y en las concepciones de los participantes, el aprendizaje incluye muchas facetas, no es lo mismo evaluar la adquisición de un concepto que el dominio de una destreza. 
G.- La evaluación debe estar atenta a los procesos, no sólo a resultados: El texto hace referencia a que adultera el verdadero sentido de la evaluación cuando se buscan exclusivamente resultados, olvidando procesos conducentes a su consecución. 
H.- La evaluación sirve para el aprendizaje y la mejora: La evaluación no sirve solamente para medir y clasificar sino que ha de utilizarse para comprender y aprender. Cuando se evalúa mucho y se cambia poco, algo falla
I.- La evaluación debe ser contextualizada: En una evaluación no sólo existen personas, sino que también existen las condiciones en las que éstas trabajan (contextos), por ello no se puede aplicar el mismo criterio de evaluación a quienes parten de condiciones radicalmente diferentes. Por ello, la evaluación de programas exigen tener en cuenta el contexto en el que se realizan. 
J.- La evaluación no es un acto individualista sino colegiado: El autor dice que si esto se desarrolla puede generar 2 peligros: el primero referido a que cada evaluador tiene sus criterios, concepciones y actitudes que aplica sin compartirlas con nadie, (no aprende él los demás mejoran) y el segundo es que cada evaluado afronta la evaluación como una actividad individualista que depende de él, pero como los compañeros pasan a convertirse en competidores, se producen deslealtades. Por ello, la evaluación puede convertirse en una plataforma de debate que ayude a la institución a mejorar prácticas realizadas. Poner en tela de juicio la práctica, reflexionar sobre ella y llegar a comprenderla pone en el camino de la mejora. 
K.- Evaluar las evaluaciones: Es importante someter a un análisis riguroso el proceso de evaluación (metaevaluación) para ayudar a todos y todas a comprender y a cambiar lo que se hace, para poder conseguir una profunda mejora.

Rodrigo
Profesor de Historia y Ciencias Sociales
Licenciado en Educación

Bibliografía



Santos Guerra, M. (s.f) Viento favorable. Evaluación de proyectos educativos interculturales, pp. 67-71.